lunes, 15 de febrero de 2016

Soy muy inconstante

Lo admito. Comienzo los proyectos con gran ilusión, pero con el tiempo los dejo de lado, sobretodo cuando encuentro otra cosa que me apetece más hacer. Así que, al final, tengo un montón de cosas empezadas, pero muy pocas terminadas. Por poner un ejemplo: me encanta escribir o me encantaba, hay momentos que no se si ponerlo en presente o en pasado. El caso es que tengo unos cuantos proyectos de novela comenzados y, da la casualidad, que casi todos llegan a la página 50, pero ninguno pasa de ahí. Soy muy inconstante, lo admito. Por suerte para mi vida laboral, eso sólo pasa con actividades de "ocio". 
El problema es que eso me crea un gran sentimiento de desazón y hay veces que sueño con los personajes de mis escritos, pero en su cara sólo veo miradas de reproche, como si los hubiera abandonado y no puedo quejarme, porque precisamente eso es lo que he hecho. Y me da pena, porque muchos llegaron a mí gracias a mis sueños y no darles vida es fallarles a ellos y a mí misma. 

Hace tiempo, para intentar establecer una rutina de escritura, decidí comenzar a escribir este blog, pero lo dejé, igual que dejé aparcado el de repostería porque me cansé. Aunque de vez en cuando me ilumino y vuelvo por estos lares, intentando reencontrarme conmigo misma y volver a conectar con esa parte de mí que escribía con pasión y que tenía ganas de ver sus escritos publicados algún día. Me consuelo pensando que algún día tendré tiempo, que escribir es una actividad que puedes hacer siempre, tengas 10 años como 80... simples consuelos. Quiero volver al escrivivir, quiero volver a sentirlo como hace 10 años, quiero cerrar capítulos viejos y comenzar muchos de nuevos, con ilusión, alegría y esa mirada de niña que me devuelve aún el espejo y que tanto me hace sonreír y, pensar, que los tiempos no han cambiado tanto y que volver a coger una pluma sin que me duela la mano a las dos frases, es posible.