martes, 26 de mayo de 2015

Especial (elec)lecciones

No tenía pensado hablar sobre ello, pero el recuento de votos del domingo y las anécdotas surgidas por un exceso de what's app me han hecho replantearmelo.

Discutir ciertas cosas con la familia tendría que estar prohibido y si encima es la familia política más aún. Pero bueno, comencemos por el principio. Mi suegra es de esas que siempre quiere tener la razón allá donde va, así que a veces tenemos conversaciones bastante surrealistas, como la del domingo mismo.

Todo comenzó cuando me dijo: los de ciudadanos estamos ganando, yo los he votado. Aunque su voto aún sigue siendo un misterio, porque no había lista de ciudadanos en su pueblo. Tengo la teoría que votó a la CUP, como vió una C seguramente no se paró a leer más.

Aunque lo mejor vino cuando estábamos hablando de Valencia:

- Han desbancado al PP en todas partes, pobrecitos - nótese la ironía fina que gasto.

- Hasta en Valencia, pobre Rita, me gustaba esa mujer - Cuando leí ese comentario, me dije: aquí hay miga, vamos a hacerla hablar más! Aunque creo que en realidad sonó más como un: eing??!

- Sí, sobretodo porque se quedaba el dinero público y se compraba bolsos - Creo recordar que le salpicó una trama de esas, es que claro, si ves al otro que se compra trajes, piensas: joer, yo también quiero un fondo de armario nuevo.

- Ella? Que va, eso es mentira. Era buena mujer, no dejaba entrar a los moros e hizo mucho por Valencia.

... Minuto de silencio...

... Diez minutos de silencio....

... Suelto espumarajos por la boca y muero...

miércoles, 20 de mayo de 2015

La bella dama, la gran pelea y el polvazo

Escenario: 

Las 4 de la mañana. Silencio en el exterior. Un frío de cojones y nuestra protagonista roncando a pierna suelta con el culo al aire. 
De golpe, el silencio de la noche es roto por la voz dulce y angelical de la vecina de arriba. 

- ERES LO PEOR LUIS ALBERTO!! TE ODIOOOO!!!! BOLUDOOO SINVERGÚENZA!!!! 

-Jooodeeeeeer! Otra vez??? - susurra nuestra bella y querida protagonista aún con el sueño aleteando entre sus ojos grandes y cristalinos. 

- BOLUDOOOO!!! MÁS QUE BOLUDOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!! - la dulce voz de la vecina de arriba sigue con ganas de propagar lo ya evidente y sabido por todos los vecinos. 

- Paso tío, yo sigo durmiendo. Joder, con lo difícil que es despertarme, yo es que flipo, que se divorcien de una vez - nuestra protagonista, tan preocupada por sus vecinos, decide seguir durmiendo para que nada altere la perfecta vida conyugal de sus adorados vecinos. 

A la mañana siguiente...

Escena de interior. Lugar: salón típico de piso pequeño. Nuestra protagonista está mirando la tele con un café en la mano cuando aparece otro de sus compañeros de piso. 

- Oíste a ese pedazo de idiotas la noche anterior? - pregunta con su delicada voz y sus modales exquisitos nuestra bella dama. 

- Qué momento? La pelea a gritos, bueno pelea, a la tía esa gritando a saco, o el polvaco con gemidos a 300 decibelios de después?

- Hubo polvo luego???!!!! Joder, siempre me pierdo los momentos interesantes. 

- Supongo que cuando tus ronquidos sirven de aislante acústico de poco te puedes enterar. Lo que me sorprende es que los oyeras discutir.

La bella dama se ruboriza levemente, baja la mirada y comienza a hablar de lo mala que es la programación de la televisión actualmente, aunque ya a nadie le importa. Se ha quedado sola en el comedor y su imagen de bella dama ha quedado rota para siempre. Sniff. 

viernes, 15 de mayo de 2015

El gorrón

Este es el tipo de compañero de piso más común: el gorronius cabronius. Es el típico que nunca tiene nada en su armario y que cree que tu armario es su supermercado particular. Cuando el gorronius cabronius ha cogido confianza, evoluciona a gorronius hijoputensis. Este último, aparte de meter mano en tu armario, también toma como suyos los platos y tuppers que tienes en la nevera.

¿Qué pasa cuando el gorronius cabronius te roba un trozo de pizza? Que se convierte en gorronius extintus.

Fuera bromas. ODIO LOS GORRONES. Cuando tuve un ejemplar de estos en el piso, mi armario de la comida pasó a ser un caos porque si intentaba cogerme una latita de algo le caía una cascada de cosas encima. Vamos, que el tema del sigilo se le iba a tomar por culo (el hecho de que yo sea un poquitín desordenada no tiene nada que ver en este asunto). Pero eso no le amilanó, todo lo contrario. Recuerdo una vez que yo, con toda la ilusión del mundo, había comprado pizza para cenar. Como sobró bastante, la dejé en su caja en la cocina con la ilusión que, al día siguiente, tendría una merendola digna de un rey.

A la mañana siguiente, nos fuimos a pasear con mi novio, ahora ex, y cuando volvimos yo fui rauda como el viento a por mi pizza (luego me extraña que ganase algún que otro quilillo ese año). Cuando abrí la caja... vacía. Perdón, miento. Quedaba el típico borde de pizza que no quiere nadie porque sólo hay masa.

Admito que reaccioné mal. Muy mal. Fatal.

Me fui a mi cuarto a lloriquearle a mi novio. El hecho que mi novio no fuera a matarle en plan caballero andante ya tendría que haberme hecho ver que eso no podía durar, pero en fin, cuando conseguí recomponerme y recuperar algo de dignidad por el camino claro, la rabia inundó mi ser transformándome en una cosa verde sin... uy, que esto no fue así, que ya me invento cosas.

Fui a pedirle explicaciones.

Recreación:

-La vi en su cajita tan mona y pensé que la ibais a tirar y claro, me la comí, porque tirar comida es muy feo -Le faltaba el halo en la cabeza sólo, al muy...

-mmmm... pues no, era mi merienda hijo de la gran (insultos varios eliminados para no herir la sensibilidad de los lectores), así que ya estás llamando a la pizzeria y que traigan otra! Gorrón!! Te odiooo!!!! -Creo que eso no fue así, pero como es mi historia, la cuento como quiero hum.

- Sí, sí, te compraré otra cuando baje a comprar. -Una barata evidentemente, pensó (yo es que también se leer mentes).

En resumen, al final no hubo pizza, ni barata, ni cara, ni pintada. Pero durante el tiempo que vivió ahí lo estuve vigilando, aunque eso al gorronius hijoputensis parece que no le afectó en lo más mínimo.

martes, 12 de mayo de 2015

Compañeros de piso II : Que crack el tío

Hacía literalmente años que no me pasaba por aquí. No es que tenga una vida súper ocupada, pero me daba pereza escribir, estaba más seca de inspiración que una cincuentona después de la menopausia (con perdón a las cincuentonas y a mi santa madre que ella ya sabe por qué). 

En fin, que me disperso, el caso es que hace tiempo que quería contar algunas aventurillas de mis compis de piso o de algún compañero con el que he tenido la mala suerte de compartir pared. Sinceramente, hoy tengo poquísimas ganas de abrir el cajón de mierda, así que paso a relataros una anécdota que me pasó justo el sábado pasado. 

Hace escasamente 1 mes y medio que tengo compañero de piso nuevo. Llevaba muchos años conviviendo con los mismos, así que el hecho que se marchase una compañera con la que llevaba viviendo y a ratos sufriendo, no nos vamos a engañar, 5 años ha sido como si me dejara el novio, otra vez. El caso es que por fin, cuando ya comenzaba a estar desesperada, apareció un chico, jovencillo, que parecía que pega no tenía ninguna (no entraré en el tema limpieza porque después de un compañero que tuve, mi tolerancia a la mierda es alucinante). Él es majo, no hace mucho ruido, casi siempre está fuera de casa, aunque... su novia es un COÑAZO. La he visto más a ella que a él, así que ya no sé con quién comparto piso. El caso es que ella tiene un perrito muy mono que a veces también parezca que vive aquí, pero como no lo saca de la habitación tampoco es que me moleste mucho. Mi máxima es que mientras me pague y no la líen mucho, yo feliz. 

Después de esta introducción viene lo bueno. 

El sábado pasado estaba viendo yo CSI toda emocionada mientras esperaba que mi pizza se enfriase un poco y mientras whatsapeaba a saco con mi novio. Mientras estaba enfrascada en saber quién era el asesino, entra mi compi de piso por la puerta con una chica que no había visto nunca. En fin, se metieron en su cuarto (justo da al comedor) y yo seguí a lo mío. Al rato, sale otra vez mi compi de piso, va a la cocina, pilla alcohol y vuelve a su cuarto. Yo a partir de ese punto, ya estaba con el móbil a saco escribiéndole a mi novio.

Recreación:

-Tíoooooo!!!! Que se ha traído a otra churri!!!! Han cerrado la puerta del cuarto!!!! HAY ALCOHOOOOOL!!!!! La novia tiene cuernaaaaacooos!!!!! - yo siempre creyendo en la presunción de inocencia. 

- Ya te dije que vi salir a una tía el sábado anterior. - mi novio aportando más datos. 

El caso, es que a los 10 minutos oí los muelles de la cama A TODO TRAPO y algunos gemidos. 

Recreación del whats:

-Cariiiii!!! Que se la está trincandoooo!!! Sin disimulaaar!! Jodeeeeeer, que conozco a su novia, cómo la miro yo el lunes cuando venga a limpiar??? - Es que más que una novia, mi compi parece que tiene una chacha, pero ese es otro tema.

- Jajajjajajajja, que crack el tío -mi novio comentando lo verdaderamente importante. 

Entre tanto whats, folleteo de la habitación de al lado y pelea que hubo en la calle (mi barrio es tope entretenido), aún así, pude enterarme de quién era el asesino, si es que... cuando una es buena, es buena.