No te negaré que hay veces que querría volver atrás, volver a ser una niña pequeña sin preocupaciones sería casi un sueño hecho realidad, pero ¿sabéis qué? Ya es hora de abrir las alas y saltar al vacío y si me estrello, al menos espero poder levantarme otra vez.
¿Que queréis que os diga? Echo de menos a mi madre, pero al menos lo admito. Tener a alguien que te apoye siempre, que te ayude y te diga lo que tienes que hacer en esos momentos difíciles, es un gran chollo. Pero también echo de menos a esa madre-amiga a quien se lo contaba todo, esas risas cómplices cuando nos reíamos del mundo y esas confidencias a las 7 de la mañana o a las tantas de la noche que parecían que tenían que durar siglos.
Ahora estoy lejos y lo máximo que tengo son unas pocas conversaciones por teléfono, pero hacerse mayor es esto, tirar para adelante y no mirar atrás. Aunque de vez en cuando, necesito volver a sentirme como una niña pequeña y me refugio en los brazos de mi madre.
El tiempo pasa, pero no todo tiene que cambiar.
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No muerdo, podéis preguntar cualquier chorrada que se os pase por la cabeza o al menos decir "Buenos días", que eso siempre se agradece ;)