sábado, 17 de septiembre de 2011

Yo era una dreamer

Era una persona soñadora, que luchaba por aquello en lo que creía, que soñaba en ser una artista en cantar a todas horas y que todo el mundo oyera mi voz y escuchara mis letras. ¿Qué ha hecho que mi sueño de desvaneciera? ¿Qué ha hecho que estos últimos 6 meses me haya convertido en la sombra de lo que en un día fui? La respuesta es muy simple, una traición. 
Siempre me ha costado abrir mi corazón a los demás, soy una persona con poca confianza en mi misma y la posibilidad que me hagan daño me da tanto miedo que siempre me escondo detrás de mil máscaras. Parecerá todo lo contrario, pero mi verdadera yo está escondida dentro de mí, acurrucada entre sus brazos y llorando, porque este mundo le da demasiado miedo para salir. La experiencia me ha enseñado que no se puede confiar en los demás, que no puedes abrir tu corazón a la primera persona que pasa, pero parece que ni a mi misma me hago caso. A veces, encontramos a alguien que nos hace reír, sentirnos bien, que nos hace soñar, que nos anima y que nos hace despertar otra vez una fe ciega en la humanidad, porque no todo el mundo quiere aprovecharse de nosotros ¿no?. Siempre he sido una inocente, este siempre ha sido y es mi gran defecto. 

Conocí a alguien o digamos que redescubrí a alguien que siempre me había parecido interesante. Creí que había conseguido un amigo que sería capaz de entenderme, de darme ánimos, de darme consejos para seguir mi sueño. Al principio era así, me ayudaba, me pegaba broncas serias, porque los amigos están para eso, para abrirnos los ojos. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y en este caso lo que en un principio parecía oro se transformó en carbón. 

Entonces comenzaron las pesadillas, las noches sin dormir, los días en los que no paraba de vomitar y de llorar. ¿En qué momento permití que esa persona penetrara mis barreras y llegara a mi verdadero yo? ¿En qué momento dejé que alguien a quien casi no conocía jugara con mi cabeza y me reprogramara como si fuera un simple programa de ordenador? ¿En qué momento dejé de pensar por mi misma y de creer ciegamente lo que me decía mi titiritero? Que alguien te toque canciones "íntimas" con una guitarra y te haga reír, no le da derecho a jugar con tu cabeza, hacerte sentir inferior, jugar con tu autoestima y hacer contigo lo que quiera. Pero esa vez perdí, mi instinto me falló o puede que no quisiera escucharlo y caí en un pozo sin fondo completamente negro. 

¿Sabéis? Nadie sabe realmente las noches que yo he pasado en vela por culpa de recuerdos que aún me atormentan. Nadie sabe los días que pasé sin comer, sólo llorando y pensando que puede que todo fuera más fácil si yo no estuviera aquí. Nadie sabe las clases que perdí, los sueños que dejé correr, las veces que me di por vencida antes de intentar nada porque alguien me había hecho sentir que yo no podría ser nunca nada. La de veces que en esas noches después del desastre dormí con un cuchillo al lado, sé que nunca hubiera tenido el valor de acabar con todo, pero saber que podía me hacía recuperar momentáneamente la calma. Nadie sospecha que aún no lo he superado, que a veces aún me despierto por la noche llena de miedo, asustada porque alguien vuelva a hacerme lo mismo, que algún amigo no lo sea realmente, sino que detrás de sus sonrisas y de sus palabras de apoyo se esconda alguien que quiere hacerme daño otra vez. Pero entonces miro quién está dormido a mi lado y no puedo evitar sonreír. Mi ángel de la guarda, si no hubiera sido por él aún estaría sumida en la oscuridad y cierta persona aún me podría utilizar a su antojo. 

Por desgracia, aún hay canciones que no puedo escuchar porque me hacen encoger el corazón y sentir que volveré a estar tan mal como al principio. Y no me permito llorar, antes echo a correr, lástima que no se puede estar toda la vida huyendo, porque los errores se tienen que asumir, una tiene que levantar la cabeza y decir con voz bien alta que ya basta. Hay mucha gente mala en este mundo, demasiada, pero por suerte, hay gente que no se merece que me preocupe por los fantasmas del pasado. Siempre habrá alguien que, con paciencia infinita, me ayudará a levantarme y que me limpiará las lágrimas cada vez que estas resbalen por mis mejillas. Por él, por mí, tengo que dejar de llorar por esto y superarlo del todo. Me llevará tiempo  volver a confiar en posibles nuevos amigos, pero bueno, tiempo al tiempo. Lo importante es que me sienta bien conmigo misma y, sobretodo, que me haga más fuerte para no volver a decepcionar a nadie más.

Siempre habrá titiriteros que intentarán ligarme a sus hilos. Ahora ya conozco a uno y he cortado sus hilos, no volverá a hacerme daño, pero tampoco quiero que intente hacer lo mismo a las personas que quiero. Así que cuidado, a veces un lindo corderito puede ser el peor de los lobos. Y la mayoría de las veces, una corderita herida puede convertirse en una princesa guerrera.

Me he hartado de perder y de sufrir y hacer sufrir. Fin de la historia. 



1 comentario:

No muerdo, podéis preguntar cualquier chorrada que se os pase por la cabeza o al menos decir "Buenos días", que eso siempre se agradece ;)